A punto de cumplir 40 años, con una crisis pisándome los talones, entendí que el problema es que estamos midiendo nuestra vida con modelos viejos. El paradigma cambió, y ahora esta década trae muchos más regalos.
Hola Humanos!
Estoy escribiendo mi primera entrada para este blog, en vísperas de mi cumpleaños número 40. En una sociedad que endiosa la juventud, este número puede resultar intimidante. Especialmente si me detengo a pensar que no cumplo con los "requisitos" que el paradigma social impone para esta etapa: no estoy casada, no tengo hijos, no tengo un rumbo claro, estabilidad económica ni ahorros considerables. Además, he ganado uno o dos kilos más de lo que estaba acostumbrada, todo adornado con esa creencia que dice que "después de los 35 es difícil bajar de peso". Una idea probablemente inventada por alguien que también luchaba con esta premisa. Con todo eso, es comprensible que una crisis me haya pasado por encima.
Primero, me di cuenta de que no soy la única. Muchas de mis amigas están en la misma situación, y desde afuera, yo las veo en su mejor momento. Incluso aquellas que sí cumplen con las expectativas sociales también están cuestionándose cosas. Al principio sentí un gran nerviosismo. Lo que realmente pesa es el número y toda la carga que le hemos puesto como sociedad, al menos en el entorno en el que vivo. Después intenté autoengañarme. Descubrí que si me programaba mentalmente para pensar que cumplía 37, me sentía mejor. Para que fuera creíble, tenía que mentirle a todos, incluyéndome a mí misma. Como soy bastante lógica, hice cálculos: esa edad encajaría con las de mis hermanos, así que sería una mentira convincente. Una vez liberada del yugo del número 40, se desplegó una nueva perspectiva ante mí.
En un momento de quietud e introspección, decidí ser sincera conmigo misma. Me concentré en el presente y descubrí que me siento plena, más plena que nunca. Quizá en mi mejor momento. Siento que tengo una trayectoria y experiencias que me han dotado de una sabiduría casi imposible de tener a los 20 años. Al mismo tiempo, soy muy optimista con las posibilidades que se abren ante mí. Desafíos siguen existiendo todos lo días, algunos más chicos y otros más importantes, pero mi actitud es distinta. Así que esta crisis y mi pánico ante este número son, en realidad, productos de los condicionamientos externos. Al eliminar esa contaminación, me encuentro conmigo misma y me siento espectacular.

Empezando los 40 recién mudada a la Isla de Creta, Grecia
Status: Actualizando Paradigma
Hace tiempo que vengo hablando de esto con amigas: el problema no es cumplir años, sino lo que se espera de nosotras a cierta edad. Esas creencias limitantes que hemos heredado de generaciones pasadas, donde muchas mujeres se sentían obsoletas después de la edad reproductiva. Hoy, con emoción, puedo decir que ese paradigma está quedando arcaico. Mi generación es una generación de transición. Quizá no elegimos conscientemente llegar a esta edad en estas condiciones, pero algo nos llevó por este camino: tal vez las circunstancias no se dieron para seguir el camino tradicional, o tal vez nuestra alma gritó más fuerte. Sea como sea, nuestra primera reacción ha sido sentirnos inadecuadas, esclavas de ese viejo modelo.
Estamos en pleno cambio de paradigma, pero ahora somos nosotras quienes estamos impulsando este cambio. Lo veo en las mujeres contemporáneas que me rodean: se han atrevido a ser mucho más libres que las generaciones anteriores, aunque todavía sentimos el costo de esa libertad. Todavía, en reuniones sociales, alguien –con buena intención, no como antes de forma insidiosa– pregunta si hemos considerado tener hijos. Evidentemente imposible para ellos vislumbrar el gran debate interno ante esa posibilidad. Algunas enfrentan problemas de fertilidad, otras sienten que su deseo no es tan fuerte o no lo dejan aflorar como se esperaría. Yo, por ejemplo, a veces desearía tener 10 años más para decidirlo. Y quizás los tengo, pero la sociedad y la ciencia son el reloj tik tak que están adentro mío, el cocodrilo del Capitán Garfio.
Sin embargo, cada vez creo más en que somos más energía que materia, y en que vivimos en un mundo increíblemente maleable. Pienso que cuando finalmente rompamos con este paradigma opresor, podríamos ser madres de forma natural hasta edades mucho más avanzadas, hasta donde nuestra mente nos lo permita. De hecho, ya sucede. En mi familia hay ejemplos: mi bisabuela y una tía fueron madres a los 40 sin ninguna dificultad. Pero es como si los 40 fueran un umbral que nadie se atreve a cruzar. Tal vez este sea un tema para una futura entrada en este blog.
Aunque no tengo datos concretos para aportar ahora mismo, creo que estamos viendo cómo las creencias culturales (la “supraestructura”) cambian más rápido que las circunstancias materiales (la “infraestructura”), al menos en lo que respecta a la humanidad. Y considerando que la expectativa de vida sigue aumentando, podríamos llegar a superar estas barreras... siempre que no nos venza antes la depresión que surge de los ritmos vertiginosos a los que impulsamos nuestra existencia.. Pero eso ya será tema para otra discusión.
Creta y mi laberinto
Hoy, en vísperas de mis 40, me encuentro recién aterrizada en mi nueva vida en la isla de Creta (Grecia), luego de recorrer un gran laberinto personal hacia mi interior. He vivido en muchos lugares a lo largo de mi vida: Córdoba (mi ciudad natal), Hawái, Buenos Aires, Trento, y Roma. Acabo de terminar un máster y tengo un trabajo remoto como diseñadora, que me permite trabajar desde donde quiero. Me pagan bien, me valoran, y estoy rodeada de personas espectaculares con las que aprendo todos los días. Además, diseño de manera freelance, estudio, y sigo expandiendo mi conciencia. Tengo un compañero excepcional con quien crezco a diario, una familia que he aprendido a valorar como un tesoro, amigos incondicionales repartidos por todo el mundo, buena salud y un cuerpo fiel. Tengo mil proyectos y el entusiasmo para llevarlos a cabo. Pero lo más importante: he adquirido sabiduría, experiencia y un despertar espiritual que no solo me transforma a mí, sino que parece resonar en otros que buscan mi guía. Humildemente, intento aportar lo mejor de mí. Bienvenidos 40! Lo mejor está por llegar!
Carl Gustav Jung
*Imagen de portada creada con AI
Genia idola !!! No importa la edad mientras disfrutemos
De la vida, nuestros amigos, familia, novio!!! Te quiero mucho
Gracias por leerme Agus! Te quiero a vos! <3